Shakespeare

"¿Y Shakespeare...
Él, de hecho, no es para ser clasificado, o puesto en una época determinada, y tratado como uno más entre los demás...él, quien podría bien ser el pan diario del nutrimiento intelectual; Shakespeare no es para ser estudiado en un año; él es para ser leído continuamente, a lo largo de la vida, desde los diez años en adelante. 'Pero un niño de diez años no puede entender a Shakespeare.' No, ¿y lo hace un hombre de cincuenta? ¿No es nuestro poeta como un abundante festín del que cada uno toma lo que necesita, y deja lo que su estómago rechaza? Una niñita de nueve años me dijo el otro día que había leído una obra de Shakespeare completa, y que había sido Una Noche de verano. Ella no había entendido la obra, por supuesto, pero ella debe haber encontrado con qué entretenerse y mantener su interés.

¿Qué tal sería tener una lectura mensual de Shakespeare, una obra, que sea personificada, y se continúe por dos o tres atardeceres hasta que sea terminada? Los atardeceres con Shakespeare podrían ser vistos como una tradición familiar; y las obras leidas una y otra vez, año tras año, producirían más con cada leída, y dejarían al fin un enorme recurso de sabiduría.

En primer lugar, probablemente leemos Shakespeare por sus historias, luego, por sus personajes;por esa cantidad de personas encantadoras con quienes nos hacemos íntimos al fin, en ficción o en la realidad, cuando decimos, 'Ella es otra Jessica,' y 'Esa niña es una Miranda'; 'Ella es como Cornelia para su padre.' Volverse íntimo con Shakespeare de esta manera es de gran enriquecimiento para la mente e instrucción para la conciencia. Luego, poco a poco, mientras continuamos leyendo a este maestro, nos vamos adueñando de las frases bellas y las ideas, e inconscientemente modelamos nuestro juicio del hombre y de las cosas y de los grandes temas de la vida.” Charlotte Mason
 
 


 
 

Un paso a la vez...