A veces la voz de la madre es la causa
de que sus niños no parezcan interesarse por sus libros. Estas mamis
cuentan cómo han tratado de leer un libro en voz alta con la
esperanza de interesarlos, pero no sucede. Hay muchos factores que
pueden contribuir al dilema, pero recientemente, mientras estaba
visitando a unos amigos, recordé uno en perticular. Afortunadamente,
puede remediarse fácilmente.
Sucedió que estaba visitando a la casa
de una madre muy querida y tuve la oportunidad de oirla leer en voz
alta a sus hijos. Noté enseguida que estaba leyendo muy rápido y
usando una voz monótona. Seriamente dudo que sus hijos pudieran
mantener su ritmo. Era evidente que ellos no tenían interés en este
cuento clásico que los hubiera mantenido embelezados.
Unas semanas después, estaba leyendo
en voz alta a mi hijo y por el rabillo del ojo noté que empezaba a
estar inquieto su atención vagaba por la habitación. “¡Uy, estoy
perdiendo su atención!”, pensé. Caí en la cuenta que estaba
hablando demasiado rápido para mi pequeño oyente y que estaba
utilizando esa voz aburrida que me preometí nunca usar con mis
propios hijos! Usualmente soy un lectora bastante enérgica. Pero
esta vez, todas maneras, como estaba atrasada con mi horario, sólo
quería terminar las lecturas del día. Recordé el error de aquella
mami y comencé a pensar un poco más en esto.
Cuando era una niña peqeuña, mi padre
regularmente me leía en voz alta. Simepre fue un lector interesante.
Nos pasó esto a todos sus hijos naturalmente (tengo varios
hermanos). Todos educamos a nuestros hijos en casa y todos tendemos a
leer lentamente y con sentimiento. He tomado por hecho este pequeño
regalo que él nos pasó, pero ahora estoy comenzando a preguntarme
si los amestros y los padres podrían no darse cuenta de cuán
importante es usar esta habilidad cuando se lee en voz alta a los
niños.
Aquí hay varias ideas que podrían ser
justo lo que necesitas para atraer su débil atención mientres lees:
Siempre recuerden unos a otros
brevemente desde dónde quedó la lectura pasada
Baja el ritmo. Asegúrate de no
estar leyendo muy rápido.
Conviértete en los personajes
mientras lees sus frases. Esto no significa que tengas que usar el
cuerpo. Mosula tu voz para reflejar las emociones. Cuadno tu
personaje grita, eleva tu voz. Cuado llora, pon voz lloroza.
Llorizquea en el momento que lo requiera, etc...A veces puede que no
tengas en mente alterar tu voz tanto como otras veces, pero siempre
es útil hacerlo un poco.
Cuando quieras crear misterio o
si llegas a una parte que necesitas resaltar, reduce tu voz e
inclínate hacia adelante. A los niños les encanta esto y a menudo
puede ser un factor decisivo en un libro para que sea el favorito o
el aburrido para ellos.
Por último, si sucede que estás
leyendo un libro que tú misma no estás disfrutando, no lo digas a
tus hijos, ni siquiera con tu lenguaje corporal. Tu actitud
ciertamente caerá en tus hijos y todo estará perdido. He aprendido
a ser positiva con todos nuestros libros escolares. Han habido
ocasiones cuando no estuve encantada con algún libro, pero no lo
dejé y me mantuve leyendo con emoción. Algunos de estos libros se
volvieron las historias favoritas de mis hijos.
Un paso a la vez...