Una vez que el niño ha aprendido a
organizar sus pensamientos y volver a contarlos, entonces puede
avanzar con la narración escrita. La narración escrita PUEDE
ser para el niño una herramienta muy eficaz en la enseñanza de la
correcta escritura, pero no garantiza un buen escritor. Si tu hijo ha
llenado un cuadernillo con narraciones escritas, pero tu nunca las
has criticado, entonces sus escritos, con toda seguridad, carecerá
de ciertas áreas. MEJORARÁ, sin duda, y este es uno de los
maravillosos beneficios de la narración, pero para que sea un
escritor verdadero, el estudiante necesita no sólo un buen modelo,
sino una guía que lo ayude a ver y entender las áreas que él, como
aprendiz, no puede reconocer por sí mismo. El necesita de TÍ.
Si no estás segura de tus propias
habilidades de escritura, no hay necesidad de intimidarte por esto.
No necesitas ser un gran escritor para enseñar a tu hijo a escribir
bien. Narrar excelente literatura, hará la mayoría del trabajo. Tu
tarea es rellenar los baches con simples consejos. Tú mayormente
notarás muchos de ellos por tí misma y podrás encontrar el resto
en un sencillo manual para escritores.
En nuestra casa
Alrededor de los
nueve años de edad, mis hijas comienzan con las narraciones
escritas. Cada cual comienza con solo un párrafo, una vez a la
semana, en un cuadernillo de renglones con doble espacio (de
preescolar). Estos ayudan a mantener sus pensamientos organizados y
también proveen espacio para las pequeñas correcciones posteriores.
Al término siguiente, ella comienza escribiendo dos narraciones por
semana y así continúo si siento que está lista. Casi siempre hago
que mi hija me lea la narración en voz alta. Si ella no está a
gusto con esto, poco a poco la animo y la llevo a un lugar de la
casadonde otros miembros de la familia no puedan oirla.
Inevitablemente, mientras lee, ella nota un error o dos por sí
misma. Le digo que lo corrija y le hago un simple cumplido a su
narración. Si siento que hizo lo mejor de sí, entonces no digo nada
más. Es cierto que puede ser una muestra muy triste, pero está
bien. Mi deseo es que ella pueda experimentar el éxito durante esa
segunda etapa inicial, de manera que primeramente desarrolle una
sensación de placer, o hasta diría un romance, al escribir.
Gradualmente,
comienzo a criticar sus narraciones. Usualmente sólo señalo una o
dos áreas para mejorar. No uso un lápiz rojo (aún) pero lo discuto
con ella. Por ejemplo, si ella comenzó la mayoría de las oraciones
con Y..., entonces le digo que es una buena idea usar ocasionalmente
esta palabra de esa manera. Luego le digo, “pensemos en otra forma
de comenzar tu oración.” Ella lo vuelve a escribir. Ella se queda
con ese consejito y continuamos. Si encuentro palabras mal escritas,
puede que le señale una muy ovbia. Agrego estas palabras a su
listado de ortografía para una rápida lección de dictado para más
adelante en la semana, o si hay tiempo, lo hago allí mismo usando su
memoria fotográfica y una pizarra, o un pedacito de papel.
Cuando mis hijos
han tenido un año satisfactorio de narraciones escritas,
gradualmente me vuelvo más exigente, especialmente con lo
concerniente a la mecánica de la escritura. Generalmente uso un
lápiz rojo con mis hijos de 11 y 13 años, pero me aseguro de no
cubrir la hoja con marcas rojas, continúo señalando sólo unas
cuantas palabras por narración. A veces, he hecho volver a escribir
una oración que sonaba extraña, o puedo expresarles que me gustaría
ver una narración más larga la próxima vez. De todas maneras, hay
días en los que no los corrijo para nada. Cada narración no
necesita ser una lección. De esta manera, mis hijos aprenden
gradualmente el arte de escribir de una forma interesante y
agradable. No hay tareas artificialmente preparadas, las lecciones
son cortas y el tema en cuestión es algo con el que el niño está
ya familiarizado. Realmente no pierdo mucho tiempo repasando el tema
de las narraciones, pero si LO HAGO, y creo que mis pequeñas
conferencias con mis hijos han mejorado enormemente sus habilidades
de escritura.
La
Srita. Mason recomendaba la práctica de este método exclusivamente
hasta los años de secundaria. Luego ella incorporaba la composición
como una materia separada. Aquí
es cuando comenzaba a enseñar a los estudiantes como escribir varios
tipos de relatos ( algunos de los ejemplos son ensayos informativos y
persuasivos.) Si no estás cómoda enseñando este tipo de formas de
escritura más complicadas, te sugiero comprar un programa sencillo
para los años más avanzados, que sea corto y al grano, algo como
Writing Strans, tal vez nivel 4 o 5. (Pero no es necesario si ya
tienes tu manual de escritor con el que estás a gusto.) Muchos de
los programas de escritura son extremadamente demandantes de tiempo,
o comienzan con la noción de que los niños pequeños deben escribir
narraciones creativas y descriptivas cuando ni siquiera aún están a
gusto con el lápiz. Yo no recomiendo enseñar composición formal
hasta que el niño tenga al menos catorce años de edad.
Un paso a la vez...