Para la Gente Imperfecta


El Lunes, desobedecí a Flylady y no bendije mi casa.
El Martes, cenamos una hora tarde porque estaba escribiendo en el blog.
El Miércoles, tiré demasiado de las marañas del pelo de mi hija al peinarla y la hice llorar.

Como ves, soy una persona exitosa. Si! Así es, y si no me crees pregúntale a Churchill. Él dijo, “El éxito no es nada más que ir de un fracaso a otro sin perder el entusiasmo.” ¡Uy, cuánta verdad hay en ello! No soy perfecta ni por asomo. Fallo cada día. Pero me sacudo el polvo y me ajusto el cinturón otra vez, y otra vez, y otra vez...

Otra razón de mi éxito es que apunto alto. Enserio, REALMENTE alto. Por supuesto que le voy a errar al tiro, pero habré alcanzado más de esta manera que si no le apuntara a lo más alto, o a nada. Tengo una visión muy clara de qué tipo de mujer quiero ser y qué tipo de educación quiero que mis hijos experimenten en nuestra casa. Me pongo objetivos para lograr esa visión. Luego hago planes para alcanzar esas objetivos. Esto requiere tiempo, oración, investigar, rutinas, listas, y buscar consejo y ayuda de otros, entre otras cosas. Esta es otra de las razones por las que me gusta Charlotte Mason.

Necesito retroceder y contarte que cuando enseñé en el sistema de escuela pública, fuí entrenada muy bien en el arte de rebajar el material para hacerlo “aceptable” y “entendible” para las mentes jóvenes que tenía a mi cargo. Para el momento en que mis hijos entraron al escenario del mundo, supe justo lo que tenía que hacer para hacer el aprendizaje fácil para ellos. Y llegó Charlotte Mason...

Ella decía cosas extravagantes como lean el Progreso del Peregrino (el original, no el abreviado)y la Biblia King James* a tu niño de siete años. Que enseñes a tu hijo las grandes obras y un nuevo artista y compositor cada mes, mas o menos. Que memoricen pasajes, no versos individuales, de la Biblia y 40 oraciones de Tennyson o Shakespeare mientras están en eso. Que no olvides agregar Plutarco al calendario para mostrarles bosquejos de los personajes de héroes reales a tus niños. Que enseñes otras lenguas, también. Que esto comenzará a ser un maravilloso viaje en el que tus hijos amarán embarcarse...

Esto me irritaba y me intrigaba al mismo tiempo. Me convencí de los beneficios que mis hijos podrían recibir de tal educación, pero ¿realmente podían ellos hacer esas cosas? ¿y disfrutarlas?
Tuve que pasar por un completo paradigma que se había levantado en mi mente y luego, me animé.
 
Mis hijos comenzaron a florecer en tantas áreas que estaba asombrada. Mi niño de tres años ahora deja sus juguetes y se une a nosotros cuando me escucha leer El Progreso del Peregrino a su hermanas más grandes. Adora este libro. Mi hija de 13 años está fascinada con Tennyson y cita secciones enteras de su poesía sólo porque le llega al corazón. A la de 11 años le encanta contarle a la familia en la cena acerca de los viajes de Marco Polo porque son tan exóticos y fantásticos. Una niña está aprendiendo a tocar “Para Elise” en el teclado en su tiempo libre sólo porque es la pieza favorita de su Mami. Mis hijos aman aprender y sus libros son DIFICILES. O tal vez sólo para mí. Después de todo, fui a la escuela pública.

Ahora, no tengo grandes ambiciones académicas para estos chiquitos mios. Sólo quiero que sean “héroes en la lucha.” Puede que nunca lleguen a ser músicos virtuosos, o famosos escritores o poetas, y eso está bien para mí. Pero estoy apuntándole alto y enseñándoles a hacer lo mismo-- en cada área de su vida. Sin duda le errarán al blanco, muchas veces, pero serán exitosos. Habrán vivido realmente y estoy haciendo lo mismo conmigo misma. Ahora, discúlpenme, pero debo sacar a esta exitosa de la bata y las pantuflas antes del almuerzo.



* King James Bible. Su equivalente en Español es la Biblia Reina Valera (1960)

Un paso a la vez...