Los niños poseen una habilidad
increíble para memorizar; mucho más que los adultos. De todas
maneras, es lógico que como educadores queramos sacar el mejor
provecho a esta edad, ayudándolos a memorizar lo que consideramos que
es importante para su bienestar y para su crecimiento espiritual,
emocional y mental.
Muy a menudo nos encontramos con quejas
y suspiros y los “¿Tengo que hacerlo...?” Sentimos que esto
es una parte importante de su educación pero tampoco queremos
recargar a nuestros hijos, así que a menudo, los padres nos
encontramos con un dilema en la elección de métodos. Se que he
estado anteriormente así, y aún me encuentro tratando de mantener
un delicado balance entre estas dos palabritas que son “gozo” y
“carga.” Pero creo que este es un buen lugar donde estar, para
todos.
Charlotte Mason pensaba que memorizar
era muy importante. Ella creía que los niños debían memorizar la
poesía y la literatura que hicieran cantar a su corazón. Si lees
muchas biografías de quienes han alcanzado grandes cosas,
encontrarás que muchas, muchas de estas personas practicaban el arte
de memorizar y podían recitar pasajes enteros de grandes obras de
literatura, poesía y de la escritura. ¿Por qué? Porque alimentaba
su alma.
La Srita. Mason también creía que era
importante memorizar datos que fuesen de ayuda tales como fórmulas
matemáticas, fechas importantes, datos de aritmética y reglas
gramaticales importantes. Ella sólo sentía que esto no debía ser
el objetivo principal de la memorización y aquí es donde este
delicado balance se pone en juego.
Me temo que los educadores clásicos
muy a menudo son culpables de recargar a sus niños con demasiadas
listas para memorizar, y sin esas suficientes frases que tocan el
corazón. Debemos ser cuidadosos de no inclinar la balanza en favor
de llenar con hechos, sobre
el aprender con alegría. Ella también sentía que los pasajes
completos de las Escrituras debían memorizarse más que los versos
individuales. Solía enseñar a mis hijos esto último, pero desde
entonces cambié el formato y ellos están de acuerdo en que es más
fácil recordar un pasaje completo porque los versos se mantienen en
contexto. Creo que es también más beneficioso espiritualmente para
una persona; como dice mi hija, “Es que me hace entenderlo mejor
y me encanta, aun más.” También creo que mientras los niños
crecen y maduran, pueden ayudar a decidir que pasajes de las
Escrituras les gustaría memorizar. Y siempre les dejo elegir sus
poemas.
He aprendido que los niños pueden
memorizar mucho más de lo que nosotros podemos, o de lo que suponen,
y no debemos dejar que, al comienzo, las protestas nos saquen de
nuestro objetivo. Una vez que se encuentras con el éxito, se sienten
muy a gusto con ellos mismos y están listos para otra. Después de
leer los volúmenes de la Srita Mason, supe que mis espectativas eran
demasiado bajas. Cuando las elevé, mis hijos elevaron también su
nivel y lo hicieron bien.
Aquí está lo que la Srita Mason
recomendaba que aprendieran los niños de diferentes edades, dentro
de un término de doce semanas:
6-8 años: Recitar un poema (cada niño
puede elegir uno diferente), aprender dos himnos, un Salmo y dos
pasajes de las Escrituras de 6 versos cada uno aptos para la edad.
9-11 años de edad: un Salmo y dos
pasajes para la edad de casi 12 versos cada uno, dos himnos, una
escena de una obra de Shakespeare que se esté viendo este término,
o 40 líneas del poeta que esté viendo tal como Longfellow.
12-14 años: Aprender dos pasajes de
casi unos 20 versos cada uno por capítulo de lecciones Bíblicas.
Dos himnos, un Salmo de David. Una escena de una obra de Shakespeare
que se esté estudiando, o 50 líneas del poetas del término.
15-17 años: Aprender dos pasajes aptos
para la edad de 20 versos cada uno de lecciones bíblicas. Dos
himnos, dos Salmos. Dos poemas de aprox. 50 líneas, o una escena de
Shakespeare.
Cuando llegaron los exámenes al
término de la semana doce, los niños fueron evaluados en estos
recitados, pero sólo elegimos unos de los dos pasajes de la Biblia.
Estos recitados no incluyen ni fechas,
ni las tablas de multiplicar, etc...aunque los niños también fueron
ejercitados en ello.
En Nuestro Hogar...
Este es una de entre varias de las
áreas donde mis hijos tienen una recompenza por su trabajo y ellos
también están a la espera de ello. Básicamente si ellos pueden
recitar sus poemas de memoria al final de un término (les permito un
par de errores por poema), les dejo pasar un día entero en casa de
sus amigos.
Hay un tiempo de diez minutos cada día
en nuestro horario para que los niños trabajen en memorizar. Los
mayores lo hacen solos. El más pequeño practica con mami y una
pizarrita.
Los viernes escojo un pasaje antiguo,
de años anteriores, para que cada niño lo recite, así no olvidan
los trabajos de memorización previos. Esto es hecho al azar. A veces
los recompenzo con puntos y M&M's. Le agrega un poquito de
diversión a la ocasión.
Aunque he usado las palabras
intercambiándolas, hay una diferencia entre Recitado y Memorización.
La próxima vez discutiré las diferencias “ A la Charlotte
Mason.”
(Esta información fue sacada de CM vol
1 y 6, de los programas de CM originales y de los artículos de PNEU)
Un paso a la vez...