Cómo Organizamos el Trabajo de Memorización


Al principio, cuando comenzamos a organizar los poemas y las escrituras para memorizar, me dí cuenta que mis hijos no estaban recordando las rimas de los términos anteriores porque no tenía una forma sistemática de reveer estos pasajes previos. No quería usar el sistema de tarjetas porque los niños pequeños mezclan las tarjetas o las arruinan fácilmente. Además, necesitaba que sea los suficientemente simple para que supieran que hacer si yo no estaba diponible para decirles. Así pués es como resolví el problema.

Le di a cada niño una carpetita angosta y escribí en ella MEMORIZACIÓN. Le puse una hoja divisora con “PASAJES PREVIOS.”

Al frente de esta división, puse el trabajo asignado para el corriente término (dentro de protectores plásticos). Esto incluía un pasaje de Salmos, otro de escrituras y un poema. (Dejé que mis hijos escogiesen las poesías que deseaban memorizar. Debía ser algo que disfrutasen.) Los mayores también incluían algo de Shakespeare.

Al comienzo de cada término, simplemente hacía una busqueda en Google los pasajes para memorizar, agrandaba la letra y lo imprimía para los más pequeños. Esto toma 5 minutos. Los niños mayores escribían en la máquina sus pasajes como parte de su recitado personal y práctica de mecanografía durante la semana.

Organicé el trabajo de memorización para que sean sólo 5 o 10 minutos diaros.
Usualmente luce algo como esto:

Lunes - Salmo, canciones folklóricas

Martes - Pasaje bíblico, poema

Miércoles – Salmo, Himno

Jueves – Pasaje bíblico, poema

Viernes - Reveer pasajes previos

Entonces, durante esos cinco minutos les leía lentamente el pasaje en voz alta a mis hijos. Luego reelía la parte corta que estabamos trabajando. Mi hijo repetía hasta que podía decirla perfectamente, usualmente dos o tres veces. Y eso era todo. Si era una canción, la cantábamos juntos (acompañados con música de la computadora), enfocándonos en un verso esa semana. Lo hacíamos muy cortito y disfrutable. Los mayores hacían esto por sí solos.

Al comienzo de un nuevo término, sacaba los pasajes del término previo y los ponía detrás de la división. Luego ponía al frente los pasajes del término nuevo.

Los viernes, durante el tiempo grupal, reveíamos sólo UN poema del término pasado. No los salteábamos, sino que ibamos en orden usando un autoadhesivo para marcar donde habíamos dejado. De esta manera mis hijos continuaban revisando los poemas previos mientras que aprendían también los nuevos.

Una de mis hijas se graduó de Secundaria este año y estuve mirando toda su carpeta de memorización que mantenía desde que tenía seis años. Ella aprendió 36 Salmos, 54 pasajes largos de la Biblia del Antiguo y Nuevo Testamento, 45 Poemas que son ahora atesorados por ella, varios pasajes extensos de Shakespeare, The Getty Address, cada Rey y Reina de Inglaterra, fechas importantes de historia, y varias otras cosas que consideramos importantes que supiera. Ella aún puede citar la mayoría de estos pasajes hoy en día. Ella mira su trabajo de memorización con cariño, porque la forzó a disciplinar su mente a aprender pasajes importantes que han sido un profundo recurso de ánimos para ella, y sin duda, continuará siéndolo.



Un paso a la vez...