Consejos Para Interesar a Los Niños en Los Libros Difíciles

Una educación Charlotte Mason no es una educación dirigida por los niños. Con ello queremos decir que no elegimos los libros o temas que se van a estudiar basados solamente en los intereses y deseos de nuestros hijos. Pero reconocemos la eterna verdad de que son personas, que han venido con una mente de Dios. Esto los hace valiosos, incluso preciosos, y por consiguiente debemos tratalos con respeto, siendo sensibles a las diferencias individuales. Si un niño no tiene interés en un libro, no debemos forzar alimentarlo con el libro y atragantarlo. Esto sólo funcionará en contra de la sed por conocimiento del niño e incluso puede que la extinga. La educación del niño debe ser un deleite para él.

Nuestro currículo tiene listas de lecturas adicionales con excelentes sugerencias en libros para niños, pero todos mis hijos no leen todos los libros de esa lista. Nosotros agregamos, sacamos y generalmente seguimos los intereses de mis hijos. Tratamos de leer muchos de los libros en cada lista, pero exactamente como esto funciona para cada uno de los niños, bueno, eso es diferente. Hay mucha libertad aquí.

¿Pero qué pasa con la carne del currículo, las historias y los trabajos clásicos de literatura que no queremos que se pierdan nuestros hijos? Muchos de nosotros estamos profundamente convencidos que no sólo se beneficiarán de estos libros intelectualmente y espiritualmente, sino que disfrutarán las historias si sólo podemos hacer que pasen los configuraciones verborrágicas y el lenguaje dificultoso.
¿Cómo leemos El Progreso del Peregrino a los niños que ahora sólo están interesados en Los Super Héroes? Ellos simplemente no quieren “escabar” por las joyas de este libro. El lenguaje es dificultoso y no hay ilustraciones. ¿Cómo esperaba Charlotte Mason que un niño de ocho años disfrutase de este cuento? ¿Sólo arremetemos en él, les guste o no? ¿Qúe sucede con los niños mayores que se quejan, “Mami, no entiendo que estoy leyendo. Tengo que leer esto?

Para muchos de nosotros, la primer tendencia es buscar algo más fácil. A veces es lo que debemos hacer. Después de todo los niños son únicos. Lo que funciona para un niño puede que no funcione para otro. Pero he descubierto que no debo desechar un trabajo literario tan rápido simplemente porque es difícil de leer. A menudo he podido ayudar a mis hijos a iniciar su interés en los libros tratando varias ideas. Aquí hay algunas que podrías considerar:

  • Comienzo inmediatamente a leer en voz alta si ya mi hijo ha tratado de leer un libro por él mismo. A veces esto es todo lo que se necesita para ayudar a dar el salto.
  • Lo leo lentamente. A menudo leemos muy rápido sin darnos cuenta. Las ideas pasan zumbando las mentes de nuestros niños. D-e-s-a-c-e-l-e-r-a.
  • A veces, como sugería Charlotte Mason, preparo el párrafo del libro difícil buscando los nombres propios, lugares y el vocabulario nuevo. Escribo estas palabras en una pizzarrita, no más de tres o cuatro a la vez, y les advierto a los niños que estén alertas de estas palabras.
  • Acorto las lecturas. Reparto el libro en varios días en lugar de uno o dos. Lo mejor que puedes hacer por un libro difícil es leerlo en dosis muy pequeñas.
  • Lo leo cuando la mente de mis hijos está aún alerta y despierta, usualmente en las mañanas.
  • Si un niño tiene problemas para narrar, entonces leo sólo un párrafo e inmediatamente le pido que narre antes de que alguien hable. A veces le resumo un pasaje que no entiende y continuamos.
  • No me preocupo de que entienda todo lo que lee. Él necesita tener la idea general. Él no siempre comprenderá los detalles. Eso esta perfectamente bien.
  • Nos turnamos para narrar con mi hijo.
  • Si el libro tiene muchos personajes o sub-tramas que son difíciles de seguir, a veces dibujo figuras en cartón y las pego a palillos, o dibujo en la pizarrita y las etiqueto. Esto ayuda a mantener la historia en forma, tanto en mi mente como en la de mis hijos.
  • Siempre me aseguro de que alguien recapitule en unas cuantas oraciones (incluso si lo hago yo misma) lo que hemos leido en lecturas previas.
  • Si mi hijo tiene problemas comprendiendo lo que estoy leyendo, no le permito colorear o dibujar o hacer nada, sólo sentarse frente a mí y mantenerse relativamente quieto mientras leo. A veces, el problema era que mi hijo se distraía facilmente y la culpa recaía en el jugar con una pedacito de hilo. Se que algunas madres dejan a sus hijos hacer otras cosas mientras leen, pero si después están teniendo problemas al narrar, realmente debes considerar esas “cosas” como posibles distracciones. Yo sólo le permito a mi hijo hacer algo mientras leo si él puede probar que no se distrae al darme una excelente narración.
  • Los niños raramente son incapaces de manejar las ideas que los libros les dan. Lo más frecuente es que haya una barrera de lenguaje que debe aclararse. En ocasiones un niño tiene problemas con la ambigüedad. El niño está tan ocupado tratando de entender cada una de las palabras en el libro, que se pierde la idea principal. En otras palabras, el no puede ver el bosque por el árbol. Este tipo de niño necesita mucha confianza. Aliéntalo a tratar de tomar la idea general en el contexto de cada párrafo y continúa. Le ayuda si le lees en voz alta por un rato mientras él narra. Luego puedes marcarle lo que se le queda o lo que no es esencial.
  • Dale más tiempo. Los niños que son nuevos con los libros dificultosos tendrán que pasar por un período de transición que les permita a sus cerebros crecer y acostumbrarse a los libros más exigentes. A aquellos que son nuevos en una literatura rica, les tomará un período más largo el aprender a disfrutar al escudriñar su propio conocimiento en lugar de que se les de en cuchara en un lenguaje rebajado.
  • Después de haber intentado con estas sugerencias, a veces el interés es mínimo y todavía siento que estoy tirando de las orejas, pero el libro es excelente y vale la pena, entonces en alguna ocasión he pospuesto el libro por un año. Y el entendimiento se incrementó enormemente.

Desplegamos un festín abundante y delicado en los programas y cada pequeño invitado asimila lo que puede. El niño con genio e imaginación tomará mucho más que su aburrido camarada, pero todos se sientan al mismo festín y cada uno toma de acuerdo a su necesidad y capacidad.” CM, Vol6



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